El sitio horrible, caluroso, ruidoso petado de gente y sin aire acondicionado. El piso de arriba parece el metro.

El de la puerta un MALEDUCADO a más no poder que no sirve para estar de cara al público (echadlo porque os espantará aún más clientes).

La comida demasiado especiada y sinceramente hay sitios muchísimo mejores por el mismo precio o un poco más.

No pienso volver, de hecho no se lo recomendaría ni al peor de mis enemigos. O sí.

La comida está bien. Bien, sin más. Económico menú. 100% vegano.
El local es precioso y le sacan potencial.
Pero el trato deja muchísimo que desear. Estaba esperando a mi acompañante y han venido hasta tres veces a decirme si ya había decidido cuando aún no había ni abierto el menú, todo esto en 9min que tardó mi acompañante en llegar. Una vez estamos y miramos la carta, vienen de nuevo a preguntar si ya hemos decidido, no llevábamos ni 60seg mirando la carta, a lo que le comento que estamos mirándolo, y se queda plantada a nuestro lado esperando la respuesta. Al ver nuestra negativa a responderle, nos pregunta por las bebidas, lo cual nos trae al momento para volver a preguntar... Hacemos nuestro pedido por presión porque no nos había dado tiempo a mirar nada. El primer plato rapidísimo, encantadas, antes de acabarlo ya tenemos el segundo en la mesa, incómodo, y antes de acabar el segundo nos preguntan por el postre. Así el resto de la comida. Al final tuve la sensación de que me estaban echando a la calle. No volveremos nunca.